El circuito de Sakhir se convirtió en el escenario de un terremoto para Red Bull. En el Gran Premio de Bahréin 2025, el equipo que dominó la Fórmula 1 durante años registró su peor desempeño desde 2018, con Max Verstappen luchando por un sexto lugar y críticas que resquebrajan la unidad interna.
Problemas técnicos: una cadena de fracasos
Desde las prácticas libres, el RB21 mostró debilidades inusuales. Verstappen, acostumbrado a liderar las clasificaciones, apenas alcanzó la séptima posición. Durante la carrera, los fallos se multiplicaron: falta de agarre en curvas rápidas, sobrecalentamiento de frenos y un sistema de luces en boxes que retrasó una parada clave.
“Fue como pilotar sobre hielo”
admitió el neerlandés, quien terminó a 34 segundos de Oscar Piastri, sorpresivo ganador de McLaren.
Christian Horner, director de Red Bull, confirmó en rueda de prensa que el equipo ya trabaja en soluciones: “Identificamos errores en la aerodinámica y la gestión térmica, pero no se corrigen de la noche a la mañana”. Mientras tanto, Helmut Marko, asesor deportivo, fue más contundente: “Esto no es una crisis, es una alerta roja”.
Tensiones internas: ¿Verstappen buscará salida?
El ambiente tras la carrera fue explosivo. Según fuentes de Sky Sports, Raymond Vermeulen —mánager de Verstappen— confrontó a Marko en los garajes, exigiendo respuestas inmediatas.
Este incidente revive los rumores sobre una cláusula en el contrato del tricampeón que le permitiría abandonar Red Bull si el equipo no está entre los tres primeros del campeonato.
Horner intentó restar dramatismo: “Max es un piloto leal, pero entiendo su frustración”. Sin embargo, analistas señalan que la paciencia del neerlandés tiene límites. Su caída al tercer puesto en el campeonato —con McLaren y Ferrari superando al RB21— agrava la presión.
¿Hay esperanzas para Red Bull?
El equipo tiene previsto introducir actualizaciones en Suzuka, aunque los ingenieros advierten que los cambios serán graduales. Pierre Waché, jefe técnico, destacó que “la ventana para recuperarse es estrecha”. Mientras, Yuki Tsunoda —noveno en Bahréin— admitió que el coche “no responde en condiciones de carrera real”.
Con siete fechas por delante, Red Bull enfrenta un dilema: acelerar desarrollos arriesgando fiabilidad o aceptar un 2025 como año de transición. Para Verstappen, cuya ambición no conoce pausas, ninguna de las dos opciones parece suficiente.