José Ramírez, una de las estrellas más destacadas de los Guardianes de Cleveland, está a punto de escribir un nuevo capítulo en la historia de las Grandes Ligas (MLB).
A sus 31 años y con doce temporadas en el mejor béisbol del mundo, el infielder dominicano se encuentra en la recta final de la temporada regular, con la posibilidad de alcanzar dos hitos impresionantes que consolidarían aún más su legado en el deporte.
El anhelo del club 40-40
Con poco más de 20 juegos por delante, Ramírez sigue demostrando su capacidad tanto en poder como en velocidad, dos cualidades esenciales para ser parte del exclusivo «club 40-40».
En esta temporada, ha acumulado ya 34 cuadrangulares y 34 bases robadas, números que le acercan a un logro que solo un puñado de jugadores han alcanzado en la historia de la MLB.
La última vez que Ramírez estuvo tan cerca fue en 2018, cuando concluyó la campaña con 39 jonrones y 34 estafadas, quedándose a las puertas del 40-40.
Con sus estadísticas actuales, sigue siendo uno de los jugadores más completos de las mayores, y de alcanzarlo, se uniría a una lista que recientemente fue ampliada por Shohei Ohtani, el sexto jugador en lograrlo.
Los 300 jonrones y 300 bases robadas, un hito aún más exclusivo
Pero las aspiraciones de José Ramírez no terminan con el 40-40. A lo largo de su carrera, ha acumulado 250 cuadrangulares y 236 bases robadas, lo que lo coloca en la lucha por ingresar a otro círculo selecto: los jugadores que han logrado 300 jonrones y 300 bases robadas.
Este logro, aún más escaso en la historia del béisbol, ha sido alcanzado por leyendas como Barry Bonds, Willie Mays y Carlos Beltrán, siendo este último el último jugador activo en llegar a este hito en 2017.
En total, solo nueve peloteros han registrado ambas marcas, y si Ramírez lo consigue, se convertirá en el único en lograrlo jugando exclusivamente para una franquicia, los Guardianes de Cleveland, y el tercer jugador latino en hacerlo, tras Alex Rodríguez y Carlos Beltrán.
Una trayectoria hacia la inmortalidad
Lo que diferencia a José Ramírez no solo es su habilidad en el campo, sino su constante contribución a la franquicia de Cleveland, donde ha sido un pilar desde su debut en 2013.
Su capacidad para combinar poder y velocidad lo ha posicionado como uno de los jugadores más peligrosos y completos en las Grandes Ligas, y ahora está cerca de unirse a los nombres más grandes del deporte.
Con varios juegos aún por disputarse, los fanáticos estarán atentos a cada batazo y cada base robada, sabiendo que cada acción lo acerca más a la inmortalidad en el béisbol.