En un reciente enfrentamiento entre los Atléticos de Oakland y los Mets de New York en el juego del martes tomó un giro inesperado cuando el relevista de los Atléticos, Austin Adams, se convirtió en el foco de atención por un gesto que, para muchos, fue más que un simple acto deportivo.
Después de ponchar a Francisco Álvarez, Adams replicó la celebración “OMG”, una marca distintiva de los Mets, generando interpretaciones que van desde una mera broma hasta un posible rencor hacia su exequipo.
Austin Adams said “fuck outta here you piece of shit” after mocking the Mets OMG celebration pic.twitter.com/McoaIRLxgU
— Jomboy Media (@JomboyMedia) August 14, 2024
La celebración «OMG» ha adquirido un significado especial para los Mets, en gran medida por la influencia de una canción homónima lanzada por José Iglesias, actual jugador del equipo. Este gesto de Adams no pasó desapercibido y reavivó las conversaciones sobre su breve y tumultuosa estancia en la organización de Nueva York.
Adams había firmado con los Mets por un año durante la temporada baja, pero su tiempo con el equipo fue efímero. Su destino cambió cuando los Mets decidieron contratar a Jake Diekman, lo que resultó en que Adams fuera designado para asignación antes de tener la oportunidad de demostrar su valía en el campo.
Poco después, fue canjeado a los Atléticos de Oakland a cambio de una compensación en efectivo, regresando así a la Liga Americana.
En el juego, Adams destacó al ponchar a dos bateadores clave, consolidando una ventaja de 7-4 para su equipo. Sin embargo, lo que realmente capturó la atención fue su gesto hacia el dugout de los Mets después de ponchar a Álvarez.
Lo que para algunos fue una mera imitación de la celebración “OMG”, para otros fue visto como un acto deliberado de provocación.
La historia reciente de Adams con los Mets añade una capa de complejidad a este gesto. Su salida del equipo de Nueva York podría haber dejado cierta frustración, y la réplica de la celebración “OMG” podría interpretarse como una forma simbólica de ajustar cuentas.
A sus 33 años, Adams ha demostrado que sigue siendo un relevista efectivo, pero este incidente sugiere que su relación con los Mets no terminó de la manera más amistosa.
Mientras que las verdaderas intenciones de Adams podrían no ser del todo claras, lo cierto es que su desempeño con los Atléticos está marcando la diferencia. Aunque la controversia puede seguirlo, Adams parece haber encontrado un nuevo hogar en Oakland, donde su habilidad en el montículo y su capacidad para manejar la presión continúan siendo un activo valioso para su equipo.