El mundo del automovilismo vive un momento histórico con la incorporación de Cadillac, subsidiaria de General Motors (GM), como la undécima escudería oficial de la Fórmula 1 a partir de 2026.
Este anuncio, respaldado por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), culmina años de negociaciones y ajustes regulatorios, posicionando a Estados Unidos con una representación directa en la máxima categoría del deporte motor.
Un acuerdo estratégico con visión global
La entrada de Cadillac no solo amplía el mapa geopolítico de la F1, sino que refuerza el crecimiento del deporte en el mercado estadounidense. Inicialmente, el equipo utilizará motores suministrados por Ferrari, mientras desarrolla su propia unidad de potencia, proyectada para debutar en 2028 según reportes de Motorsports. Esta transición técnica busca equilibrar competitividad e innovación, un sello distintivo de la marca.
BREAKING: The FIA and #F1 have formally approved the entry of General Motors and its Cadillac brand into the championship for the 2026 season and beyond.
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— Motorsport.com (@Motorsport) March 7, 2025
Stefano Domenicali, CEO de la F1, destacó la relevancia de este movimiento: “El compromiso de General Motors con Cadillac refleja la madurez y el atractivo global que nuestra disciplina ha alcanzado. Es un paso clave para consolidar el futuro del deporte”.
Superando barreras: De la polémica al consenso
El camino no estuvo exento de obstáculos. Durante años, las regulaciones técnicas y comerciales de la F1 limitaron el ingreso de nuevos equipos. Sin embargo, la persistencia de GM y su propuesta de inversión a largo plazo convencieron a las autoridades.
Este aval incluye adaptaciones al reglamento técnico para 2026, enfocadas en combustibles sostenibles y eficiencia energética, áreas donde Cadillac ya tiene proyectos avanzados.
Impacto en la base de fans y el mercado estadounidense
Con tres Grandes Premios en territorio estadounidense (Austin, Miami y Las Vegas), la llegada de Cadillac podría impulsar aún más la popularidad de la F1 en ese país. La escudería no solo llevará los colores de la marca, sino que integrará tecnología desarrollada en sus centros de investigación en Detroit, vinculando innovación industrial con rendimiento en pista.