En un emocionante enfrentamiento entre los Bravos de Atlanta y los Mets de Nueva York, Ronald Acuña Jr. se alzó como el héroe indiscutible de la noche con un espectacular jonrón que dejó boquiabiertos a los espectadores del Citi Field.
El momento culminante ocurrió en la parte alta del tercer episodio, con el marcador en un empate sin anotaciones. En una situación de conteo completo, Acuña enfrentó al zurdo José Quintana y no desperdició la oportunidad.
Una recta de 91 millas por hora se encontró con el poderoso swing del MVP de la Liga Nacional, quien envió la pelota en un viaje estratosférico por el jardín central, sobrepasando con creces la barda y marcando así la primera carrera del juego a favor de los Bravos.
Ronald goes 461 feet! 💪 pic.twitter.com/riNmyTuyr7
— MLB (@MLB) May 11, 2024
Este impresionante cuadrangular no solo rompió el empate, sino que también marcó un hito personal para Acuña en esta temporada, siendo su tercer jonrón hasta ahora. Además, este batazo solitario representó su novena carrera impulsada en la zafra, consolidando su papel como una fuerza ofensiva clave para los Bravos.
Aunque Acuña había experimentado ciertas dificultades en los últimos juegos, con solo un hit en ocho turnos al bate, este poderoso swing demostró su capacidad para superar obstáculos y brillar en los momentos decisivos del juego.
Un aspecto notable de este jonrón fue la manera en que Acuña pudo superar el dominio previo que Quintana había ejercido sobre él. Antes del enfrentamiento de esta noche, el lanzador colombiano había controlado la mayoría de los encuentros con Acuña, limitándolo a solo dos hits en 16 apariciones previas al plato.
Sin embargo, esta vez, Acuña logró voltear la situación a su favor, dejando en claro su habilidad para adaptarse y triunfar incluso contra lanzadores que históricamente lo habían dominado.
Con este memorable jonrón de 461 pies, Ronald Acuña Jr. no solo dio a los Bravos la ventaja en el juego, sino que también recordó a todos por qué es una de las estrellas más brillantes del béisbol actual.
Su poderío en el plato y su capacidad para enfrentar desafíos hacen de él un jugador verdaderamente formidable, capaz de cambiar el curso de un juego con un solo swing de bate.