Los hermanos Edwin Díaz y Alexis Díaz han inscrito sus nombres en la historia del béisbol de las Grandes Ligas de una manera nunca antes vista. En la temporada 2024, ambos cerradores boricuas vivieron un momento único e inesperado que quedará marcado para siempre en los libros de récords de la MLB.
Por primera vez, dos hermanos recibieron un «walk-off», es decir, permitieron un jonrón que decidió el partido para el equipo contrario, en una misma temporada.
Este acontecimiento resalta no solo por la rareza de la situación, sino también por la alta competencia y el nivel de ambos lanzadores. Edwin Díaz, defendiendo los colores de los Mets de Nueva York, fue el primero en sufrir esta dolorosa experiencia.
En un partido clave contra los Padres de San Diego, cuando los Mets luchaban por un puesto de comodín en la Liga Nacional, el joven talento Jackson Merrill conectó un cuadrangular que dejó a los Mets en el terreno con una derrota 3-2.
Jackson Merrill – San Diego Padres (19)
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Poco después, su hermano menor, Alexis Díaz, cerrador de los Rojos de Cincinnati, experimentó una situación similar. En un duelo crucial contra los Piratas de Pittsburgh, Yasmani Grandal se encargó de poner fin al encuentro con un batazo de cuatro esquinas, propinando a los Rojos una derrota por 4-3.
Yasmani Grandal – Pittsburgh Pirates (7) pic.twitter.com/NafPhJI4wG
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Este revés fue especialmente amargo para Cincinnati, que se encontraba en plena lucha por mantenerse en la contienda por un puesto en la postemporada.
A pesar de estos desafortunados eventos, la temporada 2024 ha sido significativa para ambos lanzadores, quienes han demostrado su calidad a lo largo del año. Edwin Díaz acumuló 38 apariciones, registrando un récord de 5-2 con una efectividad de 3.62, sumando 14 salvamentos y 54 ponches en 37.1 entradas.
Por su parte, Alexis Díaz participó en 48 juegos, con un récord de 1-4 y una efectividad de 4.37, logrando 24 salvamentos y 46 ponches en 45.1 entradas.
El logro de los hermanos Díaz no solo destaca por su excepcionalidad, sino también porque es un récord que difícilmente podrá ser igualado o superado, reforzando la singularidad de la temporada 2024. Este hecho sin precedentes asegura que sus nombres estarán eternamente ligados a la historia del béisbol estadounidense.