El reciente Home Run Derby 2024 de las Grandes Ligas quedará marcado no solo por los impresionantes batazos, sino también por una interpretación desafortunada del himno nacional estadounidense. Ingrid Andress, reconocida cantautora y cuatro veces nominada al Grammy, se convirtió en el centro de atención por razones no musicales.
Durante la noche del evento en el Globe Life Park de Arlington, Texas, Andress sorprendió a millones con una versión del «The Star Spangled Banner» que, según críticos y aficionados, hizo «sangrar los oídos» debido a notables desafinaciones y fallos en la ejecución.
Definitely one of the anthems of all time pic.twitter.com/LvSYSmR1wF
— Jomboy Media (@JomboyMedia) July 16, 2024
La respuesta inmediata en redes sociales no se hizo esperar, catapultando a la artista a la tendencia número uno mientras se debatía sobre su capacidad vocal y la preparación para un momento tan crucial como este.
Sin embargo, lo que más llamó la atención fue la explicación posterior de Andress, quien admitió públicamente estar bajo la influencia del alcohol durante su desempeño.
En un comunicado sincero pero controversial, Andress se disculpó con la MLB, los seguidores del béisbol y el país, admitiendo su estado de embriaguez y anunciando su decisión de ingresar a rehabilitación de inmediato para abordar sus problemas personales con el alcohol.
Esta declaración, aunque recibió apoyo de algunos sectores, también generó críticas contundentes por parte de aquellos que cuestionaron su sinceridad y capacidad profesional.
La controversia continúa creciendo en torno a Andress, quien además enfrenta incertidumbre sobre la cancelación de futuras presentaciones y el lanzamiento de su próximo sencillo, «Colorado 9». Este incidente no solo ha puesto en entredicho su carrera musical, sino que también ha reavivado debates sobre la idoneidad de artistas para interpretar símbolos nacionales.
A pesar de sus éxitos musicales previos y su reconocimiento en la industria, la experiencia en el Home Run Derby 2024 podría marcar un punto de inflexión en la carrera de Ingrid Andress, planteando preguntas sobre el equilibrio entre la fama, la responsabilidad pública y la integridad artística.