En una noche para la historia, Jusuf Nurkic se convirtió en el protagonista principal al establecer un nuevo récord para los Suns de Phoenix.
El jugador bosnio logró un hito impresionante al capturar la asombrosa cantidad de 31 rebotes en un solo partido, superando así cualquier marca previa en la historia del equipo.
Una hazaña sin precedentes
El récord anterior, compartido por leyendas como Paul Silas y Tyson Chandler con 27 rebotes, fue superado de manera notable por Nurkic.
Este logro no solo lo colocó en la cima de la historia de los Suns, sino que también lo situó como el segundo jugador en todo el siglo XXI en alcanzar esta cantidad de capturas, empatando con la marca establecida por Kevin Love en 2010.
El amargo sabor de la derrota
A pesar del deslumbrante rendimiento de Nurkic, el resultado del partido no fue el deseado por el equipo. Los Suns, dirigidos por Frank Vogel, sufrieron una derrota ante el Oklahoma City Thunder con un marcador final de 110-118.
Esta situación añadió un matiz de decepción al logro personal de Nurkic, quien expresó su frustración al sentir que no recibió un trato justo por parte de los árbitros.
La voz de la frustración
Al finalizar el encuentro, Nurkic compartió su descontento con la forma en que fue arbitrado, destacando la falta de tiros libres a pesar de su destacada actuación en rebotes ofensivos y en tiros a canasta.
Aunque reconoció que este factor no fue determinante en la derrota, subrayó la importancia de un arbitraje equitativo para todos los jugadores.
El contraste de actuaciones
Mientras Nurkic brillaba en la pintura, el base del Oklahoma City Thunder, Shai Gilgeous–Alexander, tomaba las riendas del juego en otros aspectos.
Con 35 puntos, 9 asistencias y 8 rebotes, Gilgeous–Alexander demostró su dominio en todas las facetas del juego, especialmente en un último cuarto crucial donde su desempeño fue fundamental para asegurar la victoria de su equipo.