El béisbol, un deporte lleno de belleza y emoción, también tiene su lado amargo: las inevitables lesiones. Por más precauciones que se tomen, un golpe inesperado puede cambiar el curso de un juego o incluso de una temporada.
Este fue el caso del receptor de los Cardenales de San Luis, Willson Contreras, quien sufrió una fractura en el dedo medio de su mano derecha durante un partido reciente.
El desafortunado incidente ocurrió en el Target Field, hogar de los Mellizos de Minnesota, durante la cuarta entrada del juego. Pablo López, lanzador venezolano al servicio de los Mellizos, lanzó un pitcheo que se elevó demasiado y se dirigió peligrosamente hacia Contreras.
A pesar de sus esfuerzos por esquivar la pelota, esta terminó impactando de lleno en su mano derecha, causándole una lesión inmediata.
Aunque Contreras intentó continuar en el partido y seguir contribuyendo como bateador designado, el dolor fue demasiado intenso. Durante su siguiente turno al bate, quedó claro que la lesión era más grave de lo que se pensaba inicialmente, obligándolo a abandonar el juego.
Posteriormente, el cuerpo médico de los Cardenales confirmó la fractura, lo que supone una ausencia prolongada del jugador en los terrenos de juego.
«No podía ni sostener el bate, el dolor era insoportable… la pelota me golpeó justo en el dedo medio. Ha sido un año difícil para mí, pero son cosas que no puedo controlar»
comentó Willson Contreras visiblemente afectado después del partido.
Por otro lado, Pablo López mostró su preocupación y disgusto por lo ocurrido. Mientras Contreras caminaba hacia la primera base, el lanzador se disculpó, demostrando que no hubo ninguna intención maliciosa detrás del desafortunado lanzamiento.
Ambos jugadores, además de ser compatriotas, han compartido equipo en la selección venezolana, consolidando una relación de respeto mutuo.
Con esta lesión, las estadísticas de Contreras se mantienen en 79 hits, 15 jonrones, 36 carreras impulsadas, 48 anotadas, 45 bases por bolas y 96 ponches en 301 turnos al bate, con un promedio de .262.
Esta fractura representa un duro golpe para los Cardenales de San Luis, quienes deberán enfrentar la recta final de la temporada sin uno de sus jugadores clave.