Randy Arozarena, quien llegó a los Marineros de Seattle con la expectativa de fortalecer la ofensiva del equipo, está atravesando un periodo complicado en el plato. En sus últimos cuatro partidos, el jardinero cubano-mexicano ha tenido una racha negativa de 15-0, lo que ha generado preocupación entre los seguidores y el cuerpo técnico.
La situación se agravó cuando Arozarena fue dejado en la banca durante la victoria del equipo por 10-3 sobre los Piratas de Pittsburgh el pasado domingo. Su promedio de bateo ha caído de .224 a .216, con un porcentaje de embasado que se sitúa en .329 en lo que va de la temporada.
En los 14 juegos disputados este mes, Arozarena apenas ha logrado un promedio de bateo de .208, conectando solo 10 hits, impulsando 3 carreras y anotando 9 veces.
Desde su incorporación a los Marineros, ha registrado un promedio de .239 con 16 hits, un cuadrangular, 5 carreras impulsadas y 14 anotadas en 19 encuentros.
A pesar de estas dificultades, los Marineros mantienen el control sobre Arozarena por dos años más, lo que les permite tiempo para evaluar su rendimiento antes de que se convierta en agente libre en 2027. Este año, Arozarena está ganando 8.1 millones de dólares bajo el arbitraje salarial.
Los Marineros de Seattle se encuentran a cuatro juegos de los Astros de Houston en la División Oeste de la Liga Americana, habiendo perdido una ventaja de 10 juegos sobre ellos. Además, el equipo enfrenta un difícil reto en la carrera por el comodín, estando a 5.5 juegos detrás de los Royals de Kansas City.
El equipo comienza una serie crucial de tres partidos en el Dodger Stadium este lunes, donde buscarán recuperar terreno y mejorar su posición en la liga.