El lanzador zurdo Blake Snell, dos veces ganador del Premio Cy Young, ha generado revuelo en la MLB tras revelar detalles inesperados sobre su salida de los Gigantes de San Francisco y su posterior incorporación a los Dodgers de Los Ángeles.
En una entrevista con el San Francisco Chronicle, el abridor confesó su sorpresa ante la falta de contacto por parte de su exequipo durante el periodo de agencia libre.
«Esperaba que me buscaran. Tenía una buena relación con el equipo y con Bob Melvin«, declaró Snell, refiriéndose al mánager que lo dirigió tanto en los Padres de San Diego como en los Gigantes.
Sin embargo, según el pitcher, ni la directiva ni Melvin —con quien asegura compartir un vínculo cercano— mostraron interés en renovar su contrato. «Hasta envié un mensaje a Bob, y no hubo respuesta. Eso me dio una pista», añadió.
El silencio de los Gigantes contrastó con el interés de otros equipos. Snell, quien firmó con San Francisco en 2024 en un acuerdo de última hora, tuvo un desempeño irregular al inicio de la temporada, pero cerró con números sólidos: 5 victorias, 3.12 de efectividad y 104 entradas lanzadas. Pese a esto, su decisión de ejercer la cláusula de salida no encontró resistencia en la organización.
¿Un error estratégico para los Gigantes?
Analistas especulan que la baja inversión en Snell podría relacionarse con su lento arranque en 2024 o con una estrategia de reestructuración del roster. No obstante, su fichaje con los Dodgers —rivales históricos de los Gigantes— añade un componente dramático a la temporada. Snell, por su parte, insiste en que disfrutó su tiempo en San Francisco: «Estaba feliz allí, pero el negocio es el negocio».
Este movimiento marca un nuevo capítulo en la carrera del zurdo, quien buscará consolidarse como pieza clave en la rotación de Los Ángeles. Mientras tanto, los Gigantes enfrentan preguntas sobre su manejo de agentes libres y su capacidad para retener talento en una división cada vez más competitiva.