El encuentro de cuartos de final entre Estados Unidos y Brasil no fue del todo favorable para LeBron James. Durante la disputa por un rebote, un codazo involuntario de Georginho de Paula lo dejó sangrando y lo obligó a abandonar el partido tras solo 16 minutos en la cancha. Posteriormente, se le aplicaron cuatro puntos de sutura para cerrar la herida.
Steve Kerr, entrenador del equipo estadounidense, confirmó la lesión, lo que generó dudas sobre la participación de James en las semifinales contra Serbia.
Sin embargo, parece improbable que el alero de los Lakers se pierda una semifinal olímpica por un corte, a menos que se convierta en un riesgo grave para su salud.
En el torneo, LeBron ha demostrado ser esencial para el equipo, promediando 13.8 puntos, 7.8 asistencias y 5.8 rebotes por partido. Su rol como director y líder espiritual ha sido fundamental, asumiendo a menudo la posición de base y guiando al equipo con su experiencia y habilidad.
Kerr destacó la importancia de LeBron, describiéndolo como un «base–alero» ejemplar.
«Es el máximo anotador de la historia de la NBA, y aún así, para él, anotar es casi secundario. Es prácticamente el base de nuestro equipo y está jugando a un nivel altísimo»,
expresó Kerr.
A medida que se acerca el enfrentamiento con Serbia, la presencia de LeBron en la cancha sigue siendo una pieza clave para las aspiraciones de oro olímpico del equipo estadounidense.