La rotación de los Dodgers de Los Ángeles enfrenta un desafío crítico tras la incorporación de Roki Sasaki a la lista de lesionados. El lanzador japonés, fichado con grandes expectativas, presenta una molestia en el hombro derecho que ha encendido las alarmas en la organización.
Un debut complicado en Grandes Ligas
Desde su llegada a la MLB, el rendimiento de Sasaki ha estado lejos de reflejar su dominio histórico en la Liga Japonesa de Béisbol Profesional. En ocho aperturas, registra una efectividad de 4.42 y un WHIP de 1.485, números que contrastan con su reputación como fenómeno de los montículos. Su última salida ante los Diamondbacks de Arizona fue particularmente preocupante: solo completó 4.1 entradas, permitiendo cinco carreras limpias y sin registrar ponches.
Dave Roberts, mánager del equipo, confirmó que la decisión de inhabilitarlo se venía evaluando desde ese partido: «El dolor en su brazo afectó su ejecución. Cuando tu velocidad disminuye de 98-99 mph a niveles menores, la precisión se vuelve esencial, y ahí está el reto actual».
La paradoja de la velocidad y el control
Uno de los puntos críticos es la pérdida de efectividad de su recta, antes considerada un arma letal. En el encuentro contra Arizona, ningún lanzamiento suyo generó un swing fallido, algo inédito en su carrera. Roberts destacó la necesidad de ajustes técnicos: «Estamos trabajando en su mecánica para recuperar consistencia. Es un proceso de adaptación a una liga más exigente».
Mark Prior, coach de lanzadores de los Dodgers, ha sido enfático: «No se trata solo de velocidad. Estamos reevaluando su repertorio de pitcheo y su preparación física para prevenir recaídas».
Efecto dominó en la rotación
Con Sasaki, Blake Snell y Tyler Glasnow simultáneamente lesionados, los Dodgers pierden a tres pilares iniciales de su rotación. Esta situación obliga al equipo a depender de lanzadores emergentes y reajustar su estrategia a mediano plazo. La incógnita radica en si Sasaki podrá recuperar su nivel óptimo antes de que la temporada entre en fases decisivas.
Aunque la organización mantiene un discurso público de paciencia —»Es su primer año aquí; necesita tiempo para asimilar los cambios», reiteró Roberts—, la presión por resultados inmediatos en un equipo con aspiraciones de Serie Mundial agudiza el escrutinio sobre cada movimiento del japonés.