La rotación de los Orioles de Baltimore ha sufrido un duro golpe con la baja del abridor Zach Eflin, quien fue colocado en la lista de lesionados por 15 días debido a una inflamación en su hombro derecho.
Eflin, quien llegó al equipo procedente de los Rays de Tampa Bay a finales de julio, se había convertido rápidamente en una pieza clave, destacándose como el nuevo as de la rotación con un impresionante récord en sus primeras actuaciones.
Desde su incorporación, Eflin ha acumulado cuatro victorias en igual número de aperturas, ostentando una destacada efectividad de 2.13 y un WHIP de 1.03. Estas cifras lo posicionaron como una de las mejores adquisiciones en la fecha límite de cambios, haciendo que su lesión sea particularmente preocupante para un equipo que lucha por mantenerse competitivo en una apretada carrera divisional.
Ante la situación, los Orioles han decidido ascender al joven zurdo Cade Povich, en un intento por llenar el vacío dejado por Eflin. Sin embargo, la dirección del equipo, encabezada por Brandon Hyde, mantiene la esperanza de que la ausencia del derecho no se extienda más allá de los 15 días reglamentarios.
«Somos optimistas de que no se perderá mucho tiempo después de la lista de lesionados, si es que pierde alguno.» «Pero sí, es una gran pérdida. Ha lanzado muy bien para nosotros, pero con suerte lo tendremos en septiembre.»
señaló Hyde en una entrevista con Roch Kubatko de MASN.
La preocupación por las lesiones no se detiene con Eflin, ya que los Orioles también tienen fuera de acción a varios de sus lanzadores principales, como Kyle Bradish, Grayson Rodríguez, John Means y Tyler Wells, todos en la lista de lesionados.
Además, el bullpen también está mermado por la ausencia del cerrador Félix Bautista, así como de Danny Coulombe y Jacob Webb.
A pesar de las numerosas bajas, Baltimore continúa en la pelea por el liderato de la División Este de la Liga Americana, con un registro de 73-53 y medio juego de desventaja frente a los Yankees de Nueva York.
Esta situación desafiante pone a prueba la profundidad del equipo y su capacidad para mantener el ritmo en la recta final de la temporada regular.