Un nuevo episodio desafortunado para los Yankees de Nueva York ocurrió el pasado viernes, cuando el infielder DJ LeMahieu fue impactado en el rostro por un pelotazo durante la práctica de bateo.
El incidente, que tuvo lugar mientras LeMahieu intentaba recoger un roletazo, generó una inmediata preocupación en el cuerpo técnico, llevando al equipo a tomar medidas cautelares y excluirlo de los siguientes encuentros contra los Rockies de Colorado.
Here's how DJ LeMahieu got injured pic.twitter.com/jycV9Ymzkk
— Talkin' Yanks (@TalkinYanks) August 24, 2024
La rápida intervención del equipo médico fue crucial para evaluar la gravedad de la lesión. Como resultado, LeMahieu fue reemplazado por Ben Rice, un movimiento que subraya la precaución del equipo en situaciones que pueden poner en riesgo la salud de un jugador.
Este infortunio se suma a un año complicado para LeMahieu, quien ya había pasado los primeros dos meses de la temporada fuera de acción debido a una fractura en su pie derecho.
Su regreso ha estado marcado por un desempeño muy por debajo de lo esperado, reflejando estadísticas preocupantes con un promedio de bateo de apenas .189, acompañado de un OPS de .512.
Estas cifras han alimentado las críticas hacia el antesalista, especialmente considerando que se encuentra en el cuarto año de un contrato de 6 años valorado en 90 millones de dólares.
La situación se torna aún más compleja dado que, a pesar de los rumores que apuntan a un posible cambio de equipo para LeMahieu, la existencia de una cláusula de no intercambio en su contrato ha dificultado las negociaciones.
A esto se suma el hecho de que su salario, fijado en 15 millones de dólares anuales hasta 2026, junto con su bajo rendimiento en el campo, han hecho que cualquier posibilidad de transferencia parezca poco atractiva para otras organizaciones de las Grandes Ligas.
Mientras tanto, el futuro inmediato de LeMahieu con los Yankees permanece incierto. La combinación de su historial de lesiones, la actual situación contractual, y las expectativas no cumplidas, ponen al jugador en una posición delicada, tanto en lo personal como en su valor para el equipo.