El exestrella de las Grandes Ligas Rafael Furcal ha irrumpido en el debate público con duras declaraciones hacia la directiva de los Boston Red Sox, tras la escalada de tensiones con su tercera base franquicia, Rafael Devers.
«Si no lo valoran, trádenlo y dejen de engañar a la afición»
escribió el dominicano en redes sociales, reflejando el malestar de sectores de la fanaticada ante la aparente falta de dirección del equipo.
El detonante ocurrió el 9 de mayo de 2025, cuando Devers —firmado hasta 2033 y líder ofensivo del club— solicitó una reunión urgente con el propietario John Henry. Según fuentes cercanas, el jugador expresó preocupaciones sobre la estrategia deportiva del equipo durante un encuentro en Kansas City que incluyó al presidente Sam Kennedy, el ejecutivo Craig Breslow y el mánager Alex Cora.
Breslow catalogó el diálogo como «constructivo», enfatizando la necesidad de «priorizar el trabajo en conjunto». Sin embargo, las palabras de Furcal han reavivado interrogantes sobre el manejo de figuras clave.
Analistas señalan que este episodio evidencia una brecha entre las expectativas del jugador y las decisiones recientes de la organización, desde movimientos en el mercado hasta el desarrollo de talento joven.
Cora, considerado un puente entre el vestuario y la gerencia, jugó un rol mediador durante la crisis. No obstante, la presión sobre la directiva se intensifica: con Devers como eje del proyecto a largo plazo, cualquier fricción amenaza la estabilidad del club.
La franquicia, que no ha alcanzado una Serie Mundial desde 2018, enfrenta ahora el reto de alinear su visión con la de su estrella, mientras responde a críticas externas como las de Furcal.
Este episodio subraya un desafío mayor en las ligas modernas: equilibrar las demandas de jugadores franquicia con las estrategias gerenciales. Para los Red Sox, resolver esta encrucijada podría definir no solo su temporada 2025, sino su trayectoria en la próxima década.