Los New York Knicks llegan a la temporada 2024-25 con una presión que no habían experimentado en años recientes. Con un equipo que mezcla experiencia y talento joven, los Knicks son vistos por muchos como una de las principales amenazas en la Conferencia Este, posicionándose como serios contendientes al título.
Sin embargo, en medio de la creciente euforia, Jalen Brunson, el líder del equipo, predica un mensaje de prudencia. La franquicia neoyorquina, históricamente marcada por su inconsistencia, ha visto cómo las expectativas a su alrededor se disparan.
Tras una temporada pasada en la que lograron superar adversidades como las lesiones, y con la recuperación de Julius Randle junto a la llegada de Mikal Bridges, se ha generado un ambiente de optimismo.
Las casas de apuestas sitúan el rendimiento de los Knicks en 53,5 victorias, un número que no alcanzan desde 1997, lo que refuerza la idea de que algo especial podría estar gestándose.
A pesar de todo esto, Jalen Brunson es consciente de los peligros de dejarse llevar por las expectativas. En una entrevista reciente con Stefan Bondy del New York Post, Brunson enfatizó que aunque es gratificante escuchar que los Knicks son considerados contendientes, el equipo debe enfocarse en el proceso y no en la etiqueta.
«Es bueno escuchar que somos un contender, pero creo que tenemos que llegar al training camp sin que nadie diga esa palabra. Obviamente, ya dije que quiero pasar de la segunda ronda después de llegar hasta ahí dos años consecutivos, pero no podemos simplemente comenzar la temporada y saltar de nuevo a la segunda ronda. Tenemos que volver y comenzar de nuevo»
expresó el base.
Brunson entiende que la fórmula del éxito va más allá de las expectativas externas y que el verdadero desafío para los Knicks será mantener el enfoque y la disciplina durante toda la temporada.
Si logran esquivar las lesiones y mantener la cohesión, no cabe duda de que estarán en la conversación junto a los grandes equipos de la liga.