La temporada 2024-25 de la NBA estará marcada por un hito importante: cada uno de los 30 equipos de la liga contará con su filial en la G League.
En una reciente noticia, los Phoenix Suns junto con la NBA han anunciado la adquisición de una nueva licencia para la liga de desarrollo, consolidando así la presencia de todos los equipos de la NBA en la G League para la próxima temporada.
Este movimiento sigue los pasos de los Portland Trail Blazers, quienes debutaron en esta campaña con su propio equipo filial, Rip City Remix.
Matt Ishbia y su visión estratégica
Matt Ishbia, propietario de los Phoenix Suns y Mercury (WNBA) desde febrero de 2022, ha destacado la importancia estratégica de esta decisión para su proyecto.
Según Ishbia, la incorporación de un equipo en la G League era una prioridad fundamental: «Sumar un conjunto de G League nos otorga otro campo donde competir por ser los mejores, además de un campo ideal para el desarrollo de jugadores y entrenadores».
Un plan que se materializa después de décadas
La adición de los Phoenix Suns a la G League marca un hito significativo en la historia de la liga de desarrollo. Con esta incorporación, la G League contará con un total de 32 equipos, incluyendo a Ignite y a los Capitanes de Ciudad de México, ambos equipos operando a tiempo parcial.
Desde sus humildes comienzos en 2002 como la D League con solo ocho equipos no afiliados a las franquicias de la NBA, la liga ha evolucionado enormemente. El formato actual, que incluirá a los 30 equipos de la NBA, representa la realización de la visión inicial de la liga al inicio del siglo.
«Es un honor tener a Matt Ishbia y a los Suns como parte de la G League y cumplir al fin nuestro anhelo de tener con nosotros a los 30 equipos», declara Shareef Abdur–Rahim, presidente de la liga.
Más que un campo de desarrollo
Además de ser una plataforma crucial para el desarrollo de jugadores y entrenadores de baloncesto, la G League también desempeña un papel importante como campo de pruebas para la NBA en general.
La liga proporciona una oportunidad para que los árbitros más jóvenes ganen experiencia, experimenta con normas potenciales para la NBA y, a través de equipos como Ignite, facilita la transición de algunos de los talentos más prometedores del mundo del baloncesto joven a la competición profesional de la NBA.