Ippei Mizuhara se encuentra en medio de negociaciones para declararse culpable de delitos federales que podrían implicar un robo millonario al jugador, según fuentes cercanas a la situación.
Las investigaciones han revelado que Mizuhara podría haber desviado una cantidad superior a los 4,5 millones de dólares inicialmente señalados como robados. Además, se sospecha que manipuló la configuración de la cuenta bancaria de Ohtani para mantenerlo en la oscuridad respecto a la extracción de sus fondos.
La situación tomó un giro inesperado cuando Shohei Ohtani, en una conferencia de prensa a finales de marzo, negó cualquier conocimiento de las acciones de Mizuhara. «Sólo para repasar el resultado, en conclusión, Ippei ha estado robando dinero de mi cuenta y ha dicho mentiras», expresó Ohtani a los medios, dejando clara su postura sobre el tema.
Durante la investigación, se descubrió que Mizuhara habría proporcionado información engañosa al agente de Ohtani, Nez Balelo. En un principio, afirmó que Ohtani había pagado las deudas de un compañero de equipo anónimo, para luego cambiar su versión y alegar que el jugador se había endeudado con un corredor de apuestas, necesitando su rescate.
Los Dodgers tomaron medidas drásticas al enterarse de las acusaciones, despidiendo de inmediato a Mizuhara durante la serie de apertura de temporada del equipo en Seúl. A su regreso a Estados Unidos, Mizuhara fue detenido por agentes del orden, aunque en ese momento no fue formalmente arrestado.